En la Maceió del pionero restaurante peruano Wanchako, destacado por su ambiente elegante, mujeres cosen al sol en sus casas humildes, frente a la Laguna de Mundaú, en el litoral sur. Barra de Sao Miguel aún preserva una comunidad que vive exclusivamente de la recolección de ostras, práctica que se combina con uno de los hoteles más lujosos de Brasil -tal vez el "mas vip" de todos- el Kenoa, ganador del premio Novedad del Año de la GUIA BRASIL 2011. Hacia el norte, Barra de Santo Antonio, guarda algunas de las playas más bellas de todo el litoral alagoano, pero es prácticamente imposible llegar hasta ellas por su precaria señalizacion. Así son Maceió y sus inmediaciones, una combinacion perfecta entre las tradiciones y la modernidad. La excentricidad comienza en la localizacion del KENOA, en Barra de Sao Miguel, al lado de las populares playas de Gunga y del Francés. El exclusivo hotel ocupa un área limítrofe, pegada a una reserva ambiental, con el Atlántico enfrente y con una barrera de corales increíble. Entre los lujos del hotel podemos destacar los cuartos extremadamente espaciosos frente al mar y detalles personalisísimos. En algunas de las suites el visitante puede bañarse mirando la Luna -el techo es de vidrio-. La piscina, tiene piedras provenientes de Bali que reflejan el color del cielo. Para hacerlo perfecto, el Kenoa, concebido por una familia portuguesa, tambien posee principios sustentables, como el uso de madera de demolición. El cuidado del medio ambiente no es un detalle menor.
Por otro lado se encuentra la cuidad de la Vila Palateia, a 5 kilómetros de allí, que se dedica a la maricultura (cultivo de las plantas y animales marinos, como alimento o para otros fines): 8.000 ostras salen mensualmente de allí rumbo a los restaurantes de Pernambuco.
Hay un paseo en canoa que hace una incursión "al mangue" donde se puede probar la ostra sacada en el momento con aderezos como miel, aceite y limón. ¡Otra excentricidad!
En las "Barracas" de la ciudad
Se sabe que Maceió no es la capital más vibrante del Nordeste, hasta por una cuestión de escala: la población no pasa de 920.000 habitantes. Pero la cuidad tiene la "orla" urbana considerada la más bella del Nordeste (entre Pajucara y Jatiuca). Rodeada por los hermosos cocoteros torcidos por el viento que la circunda y del mar verde cristalino. Además contribuyen a la avenida costanera y algunos quioscos (bares) animados. No dejes de probar la tapioca de María Bonita, en Jatiuca... ¡es la más famosa!
Kanoa (atención: Kanoa, no Kenoa) es el bar más concurrido. Con música en vivo, creativos drinks y picadas, está ubicado en un agradable lugar con muchos cocoteros, en la playa de Ponta Verde. A su lado, y con el mismo estilo, está la conocida Lopana. Pero el bar más sofisticado se encuentra un poco más alejado: 24 kilómetros al norte. Hibiscus está dentro de un condominio residencial, enfrente de la linda sosegada Playa de Ipioca. Allí, hamacas, sillones y reposeras se acomodan entre palmeras y flores, dando la sensación de estar en un lounge de playa digno de la publicidad de un crucero caribeño. Allí figura también, desde 1996, el restaurante peruano Wanchako. Durante muchos años fue el único lugar en Brasil en servir comida peruana, con sus ceviches deliciosos y pimientas exóticas. Es súper exclusivo, como el nuevo María Antonieta, que sirve platos clásicos de la cocina italiana en un salón divino. ¡Pruebe el helado de lemoncello servido en la cascara del limón!
La playa Ipioca, forma, junto con Riacho Doce, Mirante da Sereia, Pratagi, Costa Brava, Paripueira y Sonho Verde, "la orla" antiestrés de Maceió. Están más alejadas del centro, pero son ideales para llevar la sombrilla y quedarse allí durante todo el día y regresar a la noche para aprovechar el centrito de la capital. Vale la pena también seguir un poco más adelante para conocer la ciudad vecina: Barra de Santo Antonio. Allí está la famosa Playa del Carro Quebrado, con su acantilado imponente. También hay otra preciosidad: la Playa do Morro, uno de los paisajes más bonitos del litoral norte alagoano. La playa, llena de acantilados, con mar azulado, está en una centenaria hacienda particular que guarda también una iglesia erguida por holandeses. El acceso es complicado por la falta de señalización. Lo ideal es ir en auto con guías que están en la entrada de la ciudad, por lo menos hasta que inventen un GPS capaz de identificar lugares ignorados por los mapas.
Carro Quebrado
Es el principal destino de las vans que salen de Maceió para un paseo por la región. Su acceso, antes por barco, fue facilitado con la inauguración del puente que une Barra de Santo Antonio con la Isla da Croa. En la playa llaman la atención los acantilados y sus variaciones de color, rodeadas por un mar verde reluciente. La playa de Barra de Santo Antonio no está entre las mas bellas, pero vale probar un delicioso "bolinho de mandioca con camarao"...¡un manjar nordestino!
Playa de Carro Quebrado - Maceió - Brasil |
Frutos de mar y pato
En Maceió, el lugar para comer exquisitos frutos de mar está fuera de la ciudad, cerca de la playa del Francés. Es la Vila de Massagueira . A la orilla de la Laguna Manguaba, a 15 kilómetros está el distrito del municipio de Marechal Deodoro, que fue, además, la primera capital de Alagoas. El lugar tiene varios restaurantes en la laguna; el más famoso es el Bar do Pato. El plato: "pato a la cerveza". Para frutos de mar elija "peixada ao molho de camarao crocante con arroz y pirao"...son exquisitos.
Camino a la Massagueira está el Pontal da Barra, también llamado Rua das Rendeiras, donde se hacen trabajos de punto cruz, rechelieu, y el famoso file, todos vendidos allí mismo, en la Feria de Artesanías da Pajucara o en el Mercado Central de Maceió. ¡Ir al Pontal es un paseo muy placentero!
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